Crónicas de hostudents en cuarentena: Anita estudia online a pesar de sus 7 horas de diferencia
17-04-2020
Por Ana Flores, estudiante ecuatoriana en Madrid
Esta cuarentena ha sido un cambio inesperado en mi vida. Extraño Madrid, mis amigos, las clases presenciales, el increible ambiente del que estaba rodeada en el colegio mayor y en las distintas actividades de la universidad. Volver a Ecuador fue una mezcla de tristeza y alegría. Por un lado, estaba la tristeza de dejar Madrid sin saber cuando voy a regresar. Esta ciudad se ha convertido poco a poco en mi hogar. Y por el otro, está la alegría de poder pasar más tiempo con mi familia.
Este tiempo me ha servido para convivir con mi familia de una forma que no había hecho en años. Estar todos en casa nos ha llevado a realizar más actividades juntos, como cocinar, jugar juegos de mesa leer o hacer ejercicio. Antes, casi núnca había coincidido con mi hermana mayor en casa, así que ha sido una oportunidad para hablar más con ella y compartir experiencias como estudiantes en el extranjero. Una de las cosas que más extrañaba de mi casa era pasar tiempo con mi hermana menor. Ahora, tenemos tiempo de sobra para leer juntas y hacer otras actividades, como hoy, que empezó a enseñarme a tocar la guitarra.
Las clases virtuales son un poco complicadas porque con el cambio de horario entre Ecuador y España me toca levantarme en la madrugada. Sin embargo, los profesores han sido muy comprensivos conmigo y me han dejado ver las grabaciones de la mayoria de clases para así no tener que asistir a ellas. En los días que sí me ha tocado levantarme de madrugada a recibir clases, mi familia ha sido un gran apoyo. Me dan mi espacio para que pueda dormir hasta más tarde y han adaptado su horario al mío para que podamos comer juntos.
Acostumbrarme a estudiar en casa me esta costando un poco, sobre todo porque estoy acostumbrada a hacerlo en biblioteca. Me ha ayudado mucho ponerme un horario que me permite organizar mi tiempo y asi poder aprovechar mejor el tiempo de estudio y el familiar. Sigo manteniéndome comunicada con mis amigos de Madrid con las videollamadas, y esto tambien me ha servido para conocerlos mejor y a darme cuenta de que no es necesario verlos a diario para que estén en mi vida.
Todo esto está siendo una gran oportunidad para detener un segundo la ajetreada vida universitaria a la que estaba acostumbrada y reflexionar sobre todas las experiencias maravillosas que pasan inadvertidas en el día a día.
Esta cuarentena ha sido un cambio inesperado en mi vida. Extraño Madrid, mis amigos, las clases presenciales, el increible ambiente del que estaba rodeada en el colegio mayor y en las distintas actividades de la universidad. Volver a Ecuador fue una mezcla de tristeza y alegría. Por un lado, estaba la tristeza de dejar Madrid sin saber cuando voy a regresar. Esta ciudad se ha convertido poco a poco en mi hogar. Y por el otro, está la alegría de poder pasar más tiempo con mi familia.
Este tiempo me ha servido para convivir con mi familia de una forma que no había hecho en años. Estar todos en casa nos ha llevado a realizar más actividades juntos, como cocinar, jugar juegos de mesa leer o hacer ejercicio. Antes, casi núnca había coincidido con mi hermana mayor en casa, así que ha sido una oportunidad para hablar más con ella y compartir experiencias como estudiantes en el extranjero. Una de las cosas que más extrañaba de mi casa era pasar tiempo con mi hermana menor. Ahora, tenemos tiempo de sobra para leer juntas y hacer otras actividades, como hoy, que empezó a enseñarme a tocar la guitarra.
Las clases virtuales son un poco complicadas porque con el cambio de horario entre Ecuador y España me toca levantarme en la madrugada. Sin embargo, los profesores han sido muy comprensivos conmigo y me han dejado ver las grabaciones de la mayoria de clases para así no tener que asistir a ellas. En los días que sí me ha tocado levantarme de madrugada a recibir clases, mi familia ha sido un gran apoyo. Me dan mi espacio para que pueda dormir hasta más tarde y han adaptado su horario al mío para que podamos comer juntos.
Acostumbrarme a estudiar en casa me esta costando un poco, sobre todo porque estoy acostumbrada a hacerlo en biblioteca. Me ha ayudado mucho ponerme un horario que me permite organizar mi tiempo y asi poder aprovechar mejor el tiempo de estudio y el familiar. Sigo manteniéndome comunicada con mis amigos de Madrid con las videollamadas, y esto tambien me ha servido para conocerlos mejor y a darme cuenta de que no es necesario verlos a diario para que estén en mi vida.
Todo esto está siendo una gran oportunidad para detener un segundo la ajetreada vida universitaria a la que estaba acostumbrada y reflexionar sobre todas las experiencias maravillosas que pasan inadvertidas en el día a día.