¿Qué tiene que ver la fisioterapia con la SemanaSanta?
Como sabrás, la Semana Santa en España es una tradición con mucha simbología. Desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección, las calles se llenan de procesiones. Los pasos que llevan las figuras de la Virgen María, Jesucristo y demás personajes son un acontecimiento que hay que ver por lo menos una vez en la vida.
Para llevar a cabo este evento, es necesaria la participación de cada una de las figuras, y justamente hoy queremos hablar de una de ellas: Los costaleros. Ellos son los que llevan los pasos de las imágenes, con un “costal algo relleno que se colocan en la cabeza y les cae por la espalda”.
Los costaleros cargan con su cuello, más concretamente en la séptima vértebra cervical, unas barras transversales de madera denominadas trabajaderas. Llevan más de 60 kilos y, por supuesto, existe el riesgo de padecer lesiones. “Los cambios en las profesiones han dado lugar en los últimos años a un perfil del costalero más sedentario, por el relevo generalizado de profesiones donde se realizaba un mayor esfuerzo físico a otras con un mayor esfuerzo intelectual. Sin embargo, la tradición de la actividad del costalero en España permanece inmutable en el tiempo”, señala Daniel Sanz, profesor de Fisioterapia de la Universidad Europea.
Es aquí donde abrimos la pregunta a nuestros #hostudents del Grado en Fisioterapia. Una persona que va a cumplir la función de costalero, ¿debe de prepararse físicamente con antelación? ¿Qué consejos se pueden dar con respecto a las posturas?
La doctora Beatriz Martínez, directora de área en la Facultad de Ciencias de la Actividad Física, el Deporte y Fisioterapia de la Universidad Europea, opina que es fundamental “evitar la improvisación”, ya que se trata de una actividad física que requiere un esfuerzo elevado para soportar “una carga asimétrica sobre un lado del cuerpo, que provoca máxima tensión muscular y sobrecarga articular”.
Los expertos, Daniel y Beatriz, proponen cinco recomendaciones a seguir:
- Entrenar semanas antes
“Durante las semanas anteriores a la procesión, es recomendable realizar ejercicios que entrenen la musculatura que vamos a necesitar. Es esencial fortalecer la musculatura abdominal, especialmente la profunda (el trabajo correcto del músculo transverso abdominal ayudará a proteger la zona lumbar, ya que este músculo actúa como una faja)”.
- Calentar
“Realizar ejercicios antes de comenzar en los que se involucren los principales grupos musculares implicados (cuello, hombro, zona lumbar, muslo y pierna) es clave en la prevención de lesiones”.
- Practicar la postura correcta
“Es preciso mantener una postura adecuada para la carga, intentando la correcta alineación del cuerpo, con la mirada al frente para evitar el daño cervical y promoviendo la autoelongación, buscar con la postura la sensación de crecer”.
- Trabajar la respiración
“Tan importante como cuidar la postura durante el esfuerzo es poner atención a la respiración. Si no es correcta, limitará la cantidad de oxígeno que llega a los músculos, dejándolos sin combustible y provocando fatiga muscular y agotamiento”.
- Evitar prendas y calzado incómodos y mantenerse hidratado
“Aunque pueda parecer menos importante, llevar ropa y zapatos adecuados es clave durante los días en los que se procesionará bajo el paso; como también lo es beber agua. Lo idóneo es elegir ropa cómoda y no muy ajustada, que no dificulte los movimientos y la respiración; y beber agua en pequeñas cantidades durante la actividad para evitar una posible deshidratación, ya que la procesión puede prolongarse durante horas.
*Entrevista hecha por la revista deportiva AS.